CAMINO DE LOS 22 ARCANOS – MANUAL VIVENCIAL – Primera página, datos legales, prefacio.


Manual Vivencial

Savitri Ingrid Mayer

Registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor
a partir de enero del año 2007.
Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos.
República Argentina.

Primera edición impresa:
Octubre del año 2009 – Capilla del Monte – Córdoba – Argentina
ISBN 978-987-05-7220-6
Hecho el depósito que prevé la Ley 11723

DEDICATORIA

A mis amigas y amigos de Valencia de los años ochenta… A los que están y a los que ya partieron, como Claudio Boquet.
Todos ellos, de un modo explícito o de un modo difuso, están por detrás de las historias y de los personajes españoles en «Violeta y el Camino de los 22 Arcanos».
Y dicha novela es el origen, el principio, la matriz de este manual vivencial.

PREFACIO PARA LA EDICIÓN ON-LINE

Este manual nació como resultado de las experiencias que tuve mientras escribía la novela Violeta y el Camino de los 22 Arcanos. Todo está ampliamente explicado en la Introducción.
Ambos -la novela y el manual- pueden leerse en forma independiente.
La información teórica que aporta el manual es de interés general para todos los que quieran introducirse en la investigación de los Arquetipos y/o de su conexión con el Tarot.
Ahora bien, para los que deseen trabajar con él y llevar adelante la práctica del Método Existencial, la lectura de la novela (y su incorporación activa a dicho método) es imprescindible.

Primeras indicaciones – Introducción

PRIMERAS INDICACIONES

Para llevar adelante el estudio y práctica de este Manual tendrías que conseguir un mazo de cartas de Tarot. Hay muchísimos en el mercado y te sugiero que hagas como la protagonista de la novela «Violeta y el Camino de los 22 Arcanos» en el capítulo II: que compres aquel que más te guste, aquel con el cual sintonices, con el cual sientas mayor afinidad. Ahora bien, como este Manual respeta las líneas tradicionales de interpretación, sería conveniente que dicha baraja no se aparte demasiado de ellas.
Una vez conseguido el mazo de Tarot, puedes envolverlo en un pañuelo o trozo de tela de tu agrado, o en una caja o bolsita.
No importa si al principio, al comenzar el trabajo, te cuesta comprender algunas explicaciones. Quizás, por ejemplo, te resulte difícil entender qué son los Arquetipos, y como expongo la opinión de varios autores puede ser que simpatices más con unos que con otros y que eso te confunda, te impida una nítida comprensión del tema. Mi consejo es: no te detengas, continúa a pesar de lo abstruso de algunos temas. Más allá de las teorías, este es un Manual vivencial, un Camino compuesto de algunas sencillas prácticas, cuyo resultado es un mayor conocimiento de sí… con sus consecuencias. Y como también es un viaje mágico, con que entiendas lo básico es suficiente para realizar las prácticas, que son las que importan. Ya lo verás…
Pero… Si al transitar este Camino experimentas tensión, cualquier clase de molestia, o aburrimiento, conviene que te detengas y continúes en otro momento. Este viaje tiene que ser gozoso, porque es un juego: un juego de autodescubrimiento, de búsqueda de mayor armonía, de sanación, pero juego al fin. Y esa es la intención de los Arquetipos para los caminantes que se atrevan con este Camino: una pequeña y mágica aventura de crecimiento y transformación, agradable y divertida, instructiva -aunque no en exceso- y que si sacude, lo haga con suavidad.

Acompáñanos….

INTRODUCCIÓN

Para comenzar la introducción a este Camino de los 22 Arcanos, voy a contar algunos hechos personales que me inspiraron a crearlo. Hace ya bastantes años sentí que tenía que ponerme a escribir. Yo había hecho muchas cosas diferentes: había viajado, había aprendido con Maestros e instructores de diferentes Caminos, había trabajado como terapeuta, consejera e intérprete de Tarot, y en cierto momento comprendí que tenía que hacer algo en particular con todas esas vivencias y aprendizajes que había atesorado, algo que transmitiera conocimientos y experiencias, tanto existenciales como espirituales. Y así nació la novela «Violeta y el Camino de los 22 Arcanos», la cual está estructurada en torno a los 22 Arcanos Mayores del Tarot, los cuales simbolizan Arquetipos universales. La protagonista, Violeta, vive un proceso evolutivo en la novela que la lleva de una comprensión a otra y que es un recorrido por veintidós espacios arquetípicos.


Mientras escribía, para mi gran sorpresa y alegría, fui experimentando un proceso equivalente al de la protagonista en la ficción. Si Violeta, por ejemplo, en el capítulo de La Fuerza, sentía miedo, impotencia, debilidad., yo sentía –mientras trabajaba en ese capítulo- emociones parecidas, los acontecimientos cotidianos estaban relacionados con los temas de ese Arcano (sin que mi voluntad interviniera) y al terminar esa etapa de trabajo con dicho capítulo, algo cerraba en mí: alguna comprensión, algún cambio, una nueva perspectiva.


Por muchos años, había estado usando el Tarot para el autoconocimiento y la transformación, tanto conmigo como con otras personas, pero en ese caso era un trabajo basado en las cartas y en la adivinación -o percepción intuitiva- mediante ellas, de mi realidad o la de mi consultante. Ahora, en cambio, se trataba de una movilización, de una reactivación, de los temas de cada Arcano en mi realidad interna y externa, mientras me conectaba con esos temas al escribir la novela.


Cuando terminé de escribirla, después de tres arduos pero felicísimos años, comencé a investigar el por qué de lo que me había estado sucediendo. Me sumergí entonces en el mundo fascinante de los Arquetipos. La noción de que las cartas del Tarot simbolizan Arquetipos universales por supuesto ya la conocía, pero nunca había profundizado en el tema ni en sus posibles consecuencias. Así que me puse a investigar, y pude encontrar una serie de explicaciones coherentes que me ayudaron a entender mejor lo que había experimentado.


Mientras investigaba, fue naciendo la idea del manual y los talleres. Si yo había vivido cierto proceso durante el trabajo con la novela, ¿no podrían otros experimentar lo mismo? Y así, de a poco, durante varios años, con bastante esfuerzo y teniendo que atravesar toda clase de dudas, temores e inseguridades, fue tomando vida este manual. Hubo amigas que se ofrecieron gustosamente como conejillos de Indias y que fueron confirmando la eficacia de los métodos de trabajo. Hubo talleres en los que fui probando y refinando las técnicas. Y frente a cada incertidumbre o desaliento por mi parte hubo eventos -internos y externos- que fueron allanando el camino, reafirmando la dirección iniciada, sosteniéndome y apoyándome, indicando que iba bien, que continuara.


Ahora pasaré a explicar algunas nociones que servirán de base para comprender lo que el manual -y los talleres que doy como apoyo práctico- transmiten.


Se suele denominar Camino a un proceso de crecimiento o evolutivo, en el cual participamos realizando ciertas prácticas, siguiendo ciertas disciplinas, cumpliendo ciertas reglas, todo lo cual nos ayudará a evolucionar hacia un estado superior, de mayor conciencia, armonía y perfección.


En las Tradiciones Orientales, el Camino es una práctica espiritual que nos lleva a la Iluminación; en Occidente, el Camino que sigue un cristiano practicante lo lleva a la Salvación; en Platón, la filosofía aparece como un Camino de Conocimiento y Perfección. En la psicología junguiana, el proceso que sigue un paciente y lo lleva hacia lo que Jung llamó Individuación es también un Camino. Jung dijo que su Psicología Analítica era un moderno proceso de Iniciación; y en verdad, todo proceso psicoterapéutico que nos sane y armonice, que implique crecimiento, es un Camino. Como explica Claudio Naranjo: “…los sabios de todo el mundo -a lo largo de la historia- parecen estar de acuerdo en la existencia de un camino o sendero que conduce a la realización del hombre y a que éste encuentre su verdadero lugar en el mundo”12.A. Y también dice que hoy en día estamos recuperando la unidad última de todas las variantes de Camino, puesto que la meta perseguida es la misma: sanarnos, armonizarnos, perfeccionarnos, iluminarnos… Y tal como sucedía con los antiguos chamanes, quienes eran hechiceros, sabios, consejeros, iniciadores y artistas, los Caminos de diferentes tradiciones están en la actualidad confluyendo para ayudarnos a crecer.


Ahora bien, en todo Camino, del tipo que sea, conocerse a sí mismo es parte de la práctica, parte del crecimiento, y podríamos decir que es condición necesaria. Jung afirma (en el prólogo al I Ching)10.C estar absolutamente convencido del valor del autoconocimiento, y comenta que los hombres más sabios a través de las edades han predicado –sin éxito- su necesidad. No hay logro de la meta a la que se aspira si no comenzamos por vernos, por conocernos. Cuando nos vemos y descubrimos como somos realmente, detrás de los numerosos velos que nos disfrazan, se hace claro lo que no nos gusta de nosotros mismos y quisiéramos cambiar, como así también lo que en nosotros espera ser regado y crecer como una planta: nuestras cualidades y bellezas potenciales, que sólo nosotros mismos (y los que nos conocen íntimamente) podemos presentir. Sólo conociéndonos en profundidad podemos avanzar hacia un estado de mayor armonía e integración, con mayor poder sobre el rumbo de nuestra vida y con más capacidad creativa en su diseño. He aquí unas frases hermosas de Ferrucci acerca del crecimiento: “crecer es entender lo que hasta ahora no hemos sido capaces de concebir, sentir lo que nunca hemos sentido, hacer lo que no hemos hecho antes: es aventurarse a lo que nunca nos hemos atrevido”8. Pero mucha gente prefiere desconocerse, les resulta más fácil, porque verse puede ser molesto, frustrante, decepcionante. Aunque también es, sin duda, muy estimulante: un incentivo que le da a nuestras vidas una calidad diferente y nos hace sentir más vivos.


Este vernos, este conocernos, desencadena un proceso que es dinámico, poderoso, transformador. Como dijo Jung, la ampliación de la conciencia -hacer consciente lo inconsciente- produce una transformación de la personalidad. Jacquelyn Small, psicóloga transpersonal a quien citaremos con frecuencia, dice que transformarse es despertar y que sólo se trata de abrir los ojos y mirar, ya que ver transforma.17.A Pero esa transformación no significa convertirse en lo que uno no es, sino en desarrollar más y mejor lo que ya uno es, lo que está en potencia, nuestras cualidades no expresadas. Y esta posibilidad de crecer y transformarnos es un aliciente. Así que, a pesar de los temores, las consecuencias del autodescubrimiento son más que positivas.


¿Y cómo se enlazan estas ideas con el Tarot y con la novela?


La noción del Tarot como Camino, que me inspiró al escribir la novela, se encuentra en los estudiosos más importantes del mismo. En los trabajos -ya lejanos en el tiempo- de Eliphas Levi, Oswald Wirth y Arthur Edward Waite, relevantes maestros en el tema, el Tarot aparece, sobre todo mediante sus Arcanos Mayores,(*) como un sistema de conocimiento, como un Camino, en el cual cada naipe representa una etapa en ese recorrido que nos lleva a una mayor integración, realización, individuación, iluminación, transformación…

Rachel Pollack, autora contemporánea, dice que ve al Tarot como “…una clase de Camino, una via de crecimiento personal mediante la comprensión de nosotros y la vida.”14. Enrique Eskenazi, sobresaliente investigador del tema, afirma que los naipes del Tarot parecen representar etapas en un sistema de instrucción conducente a la iluminación espiritual, señala sus conexiones con la Cábala y otros sistemas de desarrollo espiritual como el Gnosticismo y la Alquimia, y también su similitud con la psicología de Jung: “lo curioso es que estos diversos peldaños pueden hallar equivalentes en las etapas que, según Jung, sigue el proceso de desarrollo psíquico culminante en la plenitud del sí-mismo y al que llamó proceso de individuación”7. Waite, famoso ocultista, autor de uno de los mazos más usados hoy en día, dice que el Tarot encierra representaciones simbólicas de ideas universales y que contiene doctrina secreta: “de este modo tenemos una historia espiritual del hombre, o del alma saliendo de lo Eterno, pasando a la oscuridad del cuerpo material, y retornando a las alturas”22. Y Waite sostiene la hipótesis de que las dos series (Arcanos Mayores y Arcanos Menores) no se pertenecen una a la otra.

Y en este camino del Tarot es importante seguir la secuencia natural, el orden de los Arcanos del 0 al 22, orden que respeté al escribir la novela. Dice Eskenazi “…al primitivo asombro por la disposición aparentemente arbitraria de los naipes le sucede la rigurosa convicción de que lo asombroso sería que no estuvieran articulados tal como están”7. Por algún tiempo sólo tuve explicaciones teóricas para esto. La más importante estaba en una de las hipótesis acerca de su origen, la cual afirma que podrían constituir un lenguaje secreto de símbolos que transmiten enseñanzas espirituales enlazadas en forma coherente con un sistema iniciático riguroso y que al recorrer las 22 etapas estamos recorriendo ese camino iniciático. (**) Pero fue a partir de mis experiencias de conexión con los Arquetipos -cuando descubrí su existencia y comencé a conocerlos- que pude realmente comprender por qué la secuencia de los 22 Arcanos en el orden en que están en el Tarot se constituye como un proceso iniciático, como una evolución, como un paulatino ascenso desde un estado a otro superior. Espero que al concluir el trabajo con este Manual también lo comprendan los lectores y caminantes, ya que lo habrán vivenciado.

Para exponer los temas y fundamentar las prácticas, he seguido dos líneas fundamentales de investigación. La de C.G.Jung -el famoso y genial psicólogo suizo- y sus continuadores, por un lado, y la de la Sabiduría Perenne, por el otro. La Sabiduría Perenne es una visión de nosotros y de la realidad que aparece en las más importantes Tradiciones espirituales de la humanidad y en las ideas de grandes pensadores de Oriente y Occidente. Esta visión considera que hay una Realidad Divina presente en todo, fundamento y origen de todo lo que existe; que el alma humana es semejante o idéntica a esa Realidad Divina, una con Ella; y que la meta suprema de todo ser humano es hacerse consciente de esa identidad.

Mi mayor aspiración para los que emprendan el Camino de los 22 Arcanos es que su tarea fructifique, que sea de ayuda para su crecimiento, y que haya podido transmitirles aunque sea una parte de la comprensión y realización que el encuentro con los Arquetipos (mediante la novela primero y con el manual y los talleres después) trajo a mi vida.

(*) El Tarot se compone de 78 naipes, pero en este Manual solo usaremos los que se denominan Arcanos Mayores, los cuales –mediante sus dibujos, colores y signos- conforman un sistema simbólico.
(
**) En todo Camino iniciático hay una conexión energética, o transmisión energética, desde un Ser, que suele ser el Maestro, a un iniciado o discípulo que la recibe. También puede darse como la transmisión desde fuentes cósmicas, a un ser encarnado, de ciertas impresiones energéticas que lo llevarán a experimentar un proceso alquímico.